Sobre el hueso se colocarán posteriormente prótesis o coronas que, en funcionalidad y aspecto, sustituyen al diente perdido.
El titanio es un material biocompatible y que permite la osteointegración, es decir la fusión con el hueso.
Al volver a tener todas las piezas dentales, se vuelven a realizar con normalidad movimientos y gestos a la hora de comer, hablar y sonreír que mejoran tanto la estética como la salud física y mental.
Fases del tratamiento de los implantes dentales
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Estudio implantológico. Evaluación personalizada del caso. Se estudian aspectos como la forma de la boca, la mordida, la calidad y cantidad de hueso de la zona a tratar.
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TAC Es necesario realizar un TAC para el estudio de todos estos parámetros. Así se contribuye a posicionar de forma correcta el implante en el hueso.
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Colocación del implante. Con anestesia local, este proceso quirúrjico sirve para insertar el implante en la zona ósea preparada.
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Integración del implante con el hueso y tejidos. Tras el procedimiento quirúrgico, se requiere aproximadamente unos 3 meses para que el proceso de osteointegración se complete.
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Colocación de las prótesis dentales Una vez que el implante se ha integrado perfectamente, se procede a la elaboración de la prótesis que sustituirá al diente o dientes perdidos.
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Recomendación de férula de descarga. Para el correcto mantenimiento, tanto de los implantes, como el de las prótesis, se recomienda el uso de una férula de descarga. Los implantes no tienen ligamento periodontal por lo que no permiten la amortiguación de las fuerzas masticatorias por lo que las prótesis pueden sufrir sobrecargas.
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Mantenimiento e higiene. Una vez completadas las fases anteriores es fundamental mantener una higiene diaria, incluyendo el cepillado y el uso del hilo dental. Así como, realizar visitas periódicas para revisar los implantes y las prótesis, esto evitará el deterioro precoz de la rehabilitación.